martes, 23 de octubre de 2007

HAY UN FUTURO

* Por Horacio Minotti

Todo indica que Cristina Fernandez va a imponerse sin posibilidad de segunda vuelta el próximo domingo 28, así como el candidato oficialista Daniel Scioli se llevará también una rotunda victoria en la estratégica y populosa provincia de Buenos Aires, en la misma fecha.
Más producto de una oposición que roza el ridículo, que por mérito propio, el oficialismo saca lejanísimas diferencias del resto y se consolida como un movimiento con aspiraciones de permanencia a lo largo del tiempo en la cúspide del poder.
Es cierto que el país esta estable, que ha crecido notablemente el nivel de empleo, que existe una clara conducción política del Estado, y que en términos generales la cosa no esta tan mal. Sin embargo existen algunas deficiencias que podrían despertar algún atisbo de voto opositor mas o menos interesante. Digamos que en 1995, Carlos Menem había parado una hiperinflación, había renovado la posibilidad de compras a crédito después de 80 años en la Argentina, y la desocupación y la desindustrialización del país todavía no había causado los estragos que causó a partir de ese año.
Sin embargo el ex presidente enfrentó una oposición. José Octavio Bordón, con el Frepaso detrás se alzó con un interesante 30 y pico por ciento de los votos, que supo lapidar rápidamente, pero para las elecciones contó con él. Y el candidato radical Horacio Masaccesi se llevó para si un 14% de votos, obteniendo un decoroso tercer lugar y dejando la sensación que uniéndose segundo y tercero podrían haber dado pelea al reelecto riojano.
Hoy tal alternativa no existe. Si se juntan el segundo y el tercero, de acuerdo a las encuestas, quedan aún a 10 puntos del oficialismo, siempre que la hipotética alianza sume matemáticamente las intenciones de voto de Elisa Carrió y Roberto Lavagna, cosa que en política no ocurre.
Esto sucede porque Carrió resulta simpática en ciertos sectores, pero nadie cree que realmente este en condiciones de gobernar nada, mientras que Lavagna no muestra uñas de guitarrero como conductor político, se llevo consigo lo peor del radicalismo y el peronismo sin poder.
Pero por suerte parece que hay futuro. En el horizonte asoma el PRO. No hablamos de un cepillo de dientes como menciona por ahí algún opinólogo malintencionado, sino de una nueva fuerza política que surge, justamente desde la llamada nueva política. Es cierto que la nueva política de PRO muestra algunas desinteligencias. El candidato presidencial del sector Ricardo Lopez Murphy (Ministro de defensa y efímero Ministro de Economía de Fernando De la Rúa), es repudiado por Cristian Ritondo (viceministro del Interior de Eduardo Duhalde) y tampoco mantiene buena relación con el candidato a Senador por la Capital Federal, Carlos Melconian (ex candidato a Ministro de Economía de Carlos Menem en 2003 y funcionario del Banco Central durante la dictadura).
El bulldog tampoco se lleva bien con el candidato a gobernador bonaerense del partido de la nueva política Francisco De Narváez (financista de la última campaña de Menem) ni con el próximo jefe de gabinete de ministros del Jefe de Gobierno electo de la Ciudad, nos referimos a Horacio Rodríguez Larreta (a cargo del Pami con Menem y del Ansses con De la Rúa). Sin embargo Lopez Murphy mantiene relaciones razonables con Federico Pinedo (funcionario del área de comunicaciones del gobierno de Menem) y con Jorge Vanossi, actual presidente del bloque del machismo en la cámara de diputados y ex ministro de Justicia de De la Rúa y de Duhalde.
En fin, la esperanza esta, la nueva política se viene y aunque Mauricio Macri no logre encarrilar todavía a sus acólitos el futuro es promisorio porque renueva totalmente la política. Hay una esperanza.

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