sábado, 14 de abril de 2007

¿AUTOATENTADO?

* Por Horacio Minotti

Aquellos que investigan el incendio en la villa de emergencia llamada El Cartón, avanzan en su trabajo y a medida que lo hacen van encontrando diversos elementos, va tomando cuerpo una hipótesis, que por ahora es solo eso, pero que a estas alturas es la mas difundida entre los investigadores.
Tal hipótesis indica que el incendio habría sido un autoatentado generado por la misma gente que apoya la candidatura del actual Jefe de Gobierno Jorge Telerman, para victimizarse. “Mas allá de las pruebas objetivas que no podemos revelar todavía hay otros. Es por lo menos extraño que de la villa haya salido hasta el último animal, la última persona, el último chico, e incluso el último bien apreciable. Lo cierto es que si hubiesen querido perjudicar a Telerman, alguien debería haber perdido algo, o podría haber habido muertos, eso hubiese sido un costo para él, pero sin embargo no pasó nada, lo cual le posibilitó victimizarse sin pagar costos”. Teoría rebuscada pero no tan inverosímil.
Especialmente si se toman en cuenta algunos elementos. La fiscal a cargo de una investigación que parece no tener resultados porque la representante del Ministerio Público no parece tenerlo en cuenta, es Mónica Cuñarro. Su nombre no dice nada para el gran público, ni siquiera si se agrega que es la esposa de Joaquín Da Rocha. Este último era el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura durante el gobierno de Eduardo Duhalde.
Para pasarlo en limpio: la fiscal que debería investigar el incendio a la Villa El Cartos (Cuñarro) es la esposa de un abogado de íntima confianza de Duhalde (Da Rocha). Para completar la síntesis deben recordarse las palabras del ex presidente bonaerense sobre la elección porteña: “Telerman es el mejor candidato”, dijo muy suelto de cuerpo sobre el afrancesado que fue su vocero durante la campaña presidencial de 1999 que lo mostro derrotado frente a Fernando De la Rúa.
En el juego de las coincidencias Telerman lleva todas las de perder y para cuando se conozcan los hechos objetivos de la investigación va a ser muy complicado que el “licenciado” mantenga su libertad ambulatoria, ni que hablar de reelegir.

sábado, 7 de abril de 2007

MANIPULADORES DE LA MUERTE

* Por HORACIO MINOTTI
La aparición pública de algunos referentes políticos pretendiendo hacer uso de las reiteradas crisis nacionales o provinciales, para su exclusivo aprovechamiento político electoralista va lentamente terminando de cansar a la sociedad que ya no soporta semejante abuso de la realidad, tan burdos intentos de estafa barata.
Mas allá de la desgracia de la muerte del maestro neuquino, mas allá de la torpeza de la poícía y la impericia manifiesta del gobernador, mas allá de los piquetes, mas allá de la razón o no del del reclamo docente, achacar al ministro de Educación de la Nación Daniel Filmus o al Ministro del Interior Anibal Fernandez, no se le puede ocurrir a ningun dirigente político que intente combinar sano juicio y buena fe.
Sin embargo tanto Elisa Carrio, como el titlar de la bancada del ARI Eduardo Macaluse, salieron a pedir la interpelación de ambos funcionarios ante la Cámara de Diputados, por esos lamentables hechos.
Entiendase claramente que aca no se discute si el aumento docente determinado por el poder central desató o no el conflicto, ni tampoco se deja de lado el delito cometido por la policía neuquina, ni su tendencia a la violencia, ni la previsibilidad de que puedan ocurrir estos hechos cuando un gobernador hace alarde de "mano dura".
Lo único que se pone en cuestión es la mala fe de ciertos sectores de la política argentina, el uso de la tragedia como arma política. Tanto Carrió como Macaluse saben bien que el manejo de la fuerzas policiales es materia no delega por las provincias a la Nación. ¿Que podría aportar entonces una interpelación al ministro del Interior?, ¿que podría seber Fernandez de un conflicto de no manejo y del que no hubiese correspondido que las autoridades provinciales le dieran siquiese vista para hacer una sola sugerencia?. Solo un show mediático para el lucimiento del ARI que una vez mas se niega a motrarle propuestas a la sociedad y se autoridiculiza cada vez mas con acciones como esta. O tal vez victimizarse cuando el Congreso rechace una interpelación no solo ridícula sino también legalmente improcedente.
y ¿en que podría esclarecer la situación una interpelación a Filmus?. "¿Usted ordenó un aumento al salario docente?" podría preguntarle el ARI. "Si, así fue" respondería el ministro. Y a esto ¿que pregunta seguiría?. Podría ser algo así como "¿y Usted cree que esto determinó que un policía asesine sin contemplaciones a un maestro en una manifestación en la provincia de Neuquén sobre la que Usted ni siquiera tiene jurisdicción?".
Lindante hasta ahora con el ridículo, el ARI atravezó el límite, y ahora retoza en la payasada política mas burda, intentando engañar a una sociedad cada vez mas harta de que se le engañe, se la subestime y se la vulnere, usando en este caso, un caído en la causa de los docentes como bandera política para generar un hecho que no pueden generar con una propuesta novedosa, con una bandera ideológica o con capacidad de gestión. No es cierto que tengamos los dirigentes que nos merecemos, nadie puede merecer esto.

lunes, 2 de abril de 2007

MALVINAS, HISTORIAS EN PARALELO

* Por Horacio Minotti

La vida político-social argentina se caracterizó siempre por las historias en paralelo. Por un lado la historias del conjunto de individuos, de esa comunidad heterogénea que algunos aventurados se arriesgan a llamar "sociedad argentina", y sus dirigentes, electos o no, por otro lado, como diría Alejandro Dolina, tomando el "lamentable rumbo de los tomates".
Así fue casi siempre, con excepción de los primeros dos gobiernos de Juan Domingo Perón, cuando por lo menos se pudo interpretar el pensamiento, las necesidades y las aspiraciones de una parte de la sociedad, sin olvidar que el mismo gobierno ni quiera tomo en cuenta los mismos aspectos de la parte del conjunto que quedo fuera.
Pero en 1982, mas precisamente durante la guerra de Malvinas, esa dictomía dirigencia-conjunto de individuos, quedo dramáticamente plasmada, y hoy 25 años después a todos nos asalta el desconcierto, como entonces.
Porque no sabemos bien si recordar, con pesar pero con orgullo a aquellos valientes soldados que dieron su vida, sus miembros, su salud mental, en pos de lo que todos creemos nuestro, ese ínfimo trozo de territorio añorado, esa cuenta pendiente. Con convicción y valentía fueron a dar su vida por él, desarmados, sin indumentaria adecuada y sin alimento, enfrentaron a soldados profesionales, tecnológicamente superiores, entrenados; y fueron heroicos, resultaron un profundo orgullo para nuestro pueblo, esos hoy ex combatientes de Malvinas que olvidados, pugnan por un reconocimiento. Curioso, olvidados por los dirigentes de la democracia, y condenados a su destino por los dirigientes de la dictadura.
La otra opción, el sentimiento encontrado es recordar la pantomima, la burla en la que muchos cayeron sin entender, el general borracho en el balcón de la Casa Rosada pidiendo por el principito, el conductor del noticiero oficial que hasta un día antes de la rendición aseguraba que "vamos ganando", las miles de colectas, los programas omnibus de Pinky y Cacho Fontana recaudando fondos para los soldados, todo lo cual jamás les llegó, y nunca supimos con precisión quien se lo robo. El canciller rengo Nicanor Costa Mendez negociando lo innegociable y pretendiendo obtener el apoyo de los Estados Unidos, para luchar contra la corona británica, al menos una locura en el mejor de los casos.
Una enorme payasada para engañar al pueblo que apenas duro dos meses hasta una previsible rendición. Una desilución mas, pero con muertos y mutilados, la excusa de una dictadura que al desmoronarse, inventa una guerra para sobrevivir. Solo que el exceso de alcohol llevó a inventar una guerra contra Gran Bretaña, la sublimación de la locura.
El dilema del conjunto de individuos de esta Argentina es que recordar, si sentir orgullo o bronca, reconocimiento o frustración, cobijo al combatiente o rechazo al dictador despreciable que nos engaño. En todo caso será legítimo sentir ambas cosas, pero hagamos un esfuerzo porque predomine el orgullo por aquellos que combatieron por nosotros, al cabo los dictadores han sido vencidos, con alto costo es cierto, pero ya no están, mientras que aquellos que merecen nuestro reconocimiento aún bregan por él, muchos sin brazos, sin piernas o fuera de sus cabales, tenemos una deuda pendiente con ellos, como ensayo de sociedad que somos.

domingo, 1 de abril de 2007

LA SEGURIDAD: UN DEBATE SIN LA GENTE

* Por Horacio Minotti

El problema de la inseguridad en la Argentina, que afecta a todos los estratos sociales, pero especialmente a las clases trabajadoras mas necesitadas, no puede encontrar una solución porque ha caído presa de un debate tecnocrático que impide tomar medidas eficaces, preventivas, de fondo o de coyuntura.
Entre la "seguridad hipersancionatoria" de Juan Carlos Blumberg y el séquito de técnicos que lo secundan partidarios de un sistema de incremento de penas, acumulación de las mismas, limitación de las excarcelaciones, etc; y la "seguridad hiposancionatoria", de aquellos abolicionistas que creen que el derecho penal no debiese existir y bregan cada día por minimizarlo un poco mas, parece no haber nada.
El primer problema de este debate es su carencia de calidad democrática, de uno y otro lado. Tecnificar la cuestión de la seguridad, que atañe a cada uno de los ciudadanos es un rasgo autoritario y preocupante porque inhibe al ciudadano común de formar parte de la construcción de su propio bienestar.
Desde los dos sectores se indica al ciudadano que deje la cuestión en manos de los sabihondos de turno, y entonces, de acuerdo a los vaivenes políticos, las orientaciones en la materia se determinan de acuerdo al grupo que impone su presencia mediática.
Si un grupo de secuestradores acaba de terminar con la vida de un joven, los apóstoles de la mano dura se suben sobre la espalda del padre de la víctima y lo utilizan para indicarle a la gente que a partir de allí si se incrementan las penas, sus problemas se verán resueltos a la brevedad.
Claro que si la actualidad indica que un policía mal entrenado, mal pago y sin control psicológico, maltrata o directamente asesina a un inocente, allí se hacen presentes los impulsores del abolicionismo, para impulsar la liberación de presos, declarar inconstitucional la prisión preventiva o reformar el Código Penal, reduciendo todas las penas previstas, aún para los delitos mas aberrantes, informándole así a la sociedad que el derecho penal no soluciona nada y que habría que tomar medidas de fondo como mejorar la educación, el sistema de salud y la contención social.
Así, mientras los tecnócratas de uno y otro sector se cruzan acusaciones de anticuados e ineficientes, ambos demuestran ser ambas cosas. Declarar inconstitucional la prisión preventiva resulta hasta ahora, tan ineficaz y tan anacrónico, como acumular penas o limitar las excarcelaciones. Y esta a la vista. Las reformas Blumberg a la ley penal y procesal realizadas bajo la atenta mirada del ingeniero, pero diseñadas por los tecnócratas de la "seguridad hipersancionatoria", no disminuyeron un ápice los delitos ni la sensación de inseguridad. Demás esta decir que liberar presos por falta de lugar en las cárceles tampoco.
Es que el debate académico esta dejando de lado un sistema distinto y equilibrado, realmente moderno, impuesto en el mundo desarrollado, vinculado con la protección de los derechos civiles, la participación ciudadana en estrategias de seguridad, las medidas de prevención para paliar la coyuntura y las previsiones de largo plazo para resolver el fondo del problema.
A esta altura la seguridad no puede ser un tema privativo de los técnicos, puesto que las víctimas no lo son. Los especialistas pueden generar los mecanismos, pero a partir de los requerimientos sociales a través de un esquema sólido de participación.
Por apuntar a situaciones puntuales como mero recurso ejemplificativo: muchos grupos sociales de espacios territoriales determinados han diseñado sus propios esquemas de seguridad vecinal, al margen de la policía, y han resultado infinitamente mas eficaces que esta. Cuanto más podrían serlo si el Estado consiguiese articular los mecanismos para que vecinos y policías elaborasen una estrategia conjunta, basada en la colaboración para la prevención.
Otro ejemplo es la urbanización y reprogramación edilicia de las villas de emergencia. No por pobres, sino por su diseño urbano estos espacios son la panacea de la delincuencia organizada que encuentra refugio donde los móviles policiales no pueden acceder por imposibilidad física. Su urbanización con un trazado de apertura de calles expulsaría de allí a los delincuentes.
Las medidas preventivas son imprescindibles porque llegan antes que el delito. Los hipersancionadores no comprenden que la efectividad de sus posturas encuentra el límite en el propio sufrimiento social. De poco vale un castigo feroz cuando ya se perdió un hijo o han violado a tu esposa. La sanción cumple en ese caso una sola de sus funciones que es la de satisfacer la humana necesidad de castigo, cuya aplicación obra en manos exclusivas del Estado. Pero esta inmensamente lejos de evitar la laceración que provoca en el cuerpo social cada homicidio, cada secuestro, cada violación.
Tampoco tiene valor el esclarecernos de la mano de los hiposancionadores, sobre que esta cuestión verá su fin cuando todos accedan a la educación y la salud. El camino de la prevención y de la seguridad ciudadana participativa ha sido abandonado en el marasmo de la tecnocracia penalista, que lejos de aportar soluciones a quienes sufren los problemas, nos alejan cada vez mas de ellas, porque mientras el debate se expande los problemas lo hacen con él.