jueves, 6 de septiembre de 2007

FRAUDOCRACIA

* Por Horacio Minotti

En la Provincia de Córdoba se escrutaron 140 urnas más que las habilitadas por la Justicia Electoral para recibir votos. En la misma provincia mediterránea, sufragaron para elegir gobernador 50 mil electores mas que los habilitados para votar.
¿Nos encontramos ante una masiva voluntad de los cordobeses por ejercer derechos democráticos? ¿Los menores se arrojaron a las urnas y los muertos resucitaron deseosos de elegir al sucesor de José Manuel De la Sota?. No parece. Mas bien lo que aparenta es que nos encontramos frente a uno de los fraudes electorales más groseros y descarados de la historia argentina.
Como en todo, en la política argentina se van perdiendo los frenos inhibitorios. Antes las componendas entre dirigentes se realizaban subrepticiamente, tras bambalinas, para que la población no se enterase de los enredos, las traiciones, las inmoralidades, y todos los etcéteras que correspondan. Hoy todo se hace a cara descubierta. Ya nada importa. No es un sinceramiento, es un descaro, es la desfachatez total, es “que me importa lo que piensen si total tienen que elegir entre uno de nosotros”.
Lo mismo pasa ahora con el fraude electoral en Córdoba. Años atrás uno sabía que “volcar urnas”, podía consistir en reemplazar unas por otros u otro mecanismo un poco mas complejo. Ahora, esto de agregar urnas es por lo menos novedoso. ¿Será la nueva política? Porque meter urnas de mas, desfachatadamente, cuando con la mera confrontación con el padrón oficial surge que hay votos extra, sin que importe nada, para terminando volcando una elección por el 1,1% de los sufragios, no puede catalogarse, no tiene forma de designarse, es que no importe nada.
El perjudicado, Luis Juez, actual intendente de Córdoba Capital dice estar dispuesto a que si se recuentan los votos y el resulta ganador por escaso margen, se hagan nuevas elecciones y tema terminado. ¿Pero como? ¿Juez también es un descarado, o está más loco de lo que parece cuando empieza a contar chistes?. Si acá hubo un fraude hay gente que tiene que ser juzgada y eventualmente ir presa, y no puede participar de un comicio. Si hubo un fraude alguien lo organizó, alguien lo ejecutó y alguien se benefició. Si el ex FAP y ex Acción por la República (¡¡¡mamita que mixtura!!!) es cualquiera de estas cosas, como mínimo no puede participar de las elecciones, y como máximo tiene que ir preso de acuerdo a la ley de defensa de la democracia, que esta vigente y que fue aprobada durante la vieja política, cuando la desfachatez no era tan mayúscula.
Si el gobernador De la Sota, es autor intelectual o encubridor también debe tener su pena. No puede ser todo borrón y cuenta nueva como si nada hubiese pasado, por de esta forma las cosas no tienen solución, el descaro se incrementa porque de última, “si me descubren no pasa nada mas que perder igual, así porque no me voy a tirar el lance”, es la lógica de estos dirigentes de la nueva política.
Juicio y castigo, ni olvido ni perdón, y tantas otras frases que no tienen que ver con la venganza, pero si con la justicia necesaria como para que cometer un delito contra los derechos civiles y democráticos de la gente no sea cosa tan ligera.

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