miércoles, 26 de marzo de 2008

FRACTURA


*Por Horacio Minotti

Análizar los hechos osciales ocurridos ayer, como un fenómeno derivado de la crisis entre el gobierno y los productores agropecuarios, es de un reduccionismo tan enorme como bochornoso, sea que se haga desde el periodismo, sea que los deficientes estrategas oficiales tomen dicho rumbo.
Lo que ayer ocurrió es otra cosa. No hay productores agropecuarios en Almagro, Caballito o Villa Urquiza. Seamos calros. De entre la gente que golpeaba cacerolas ayer, que no eran pocos, no mas del 5% sabe explicar con cierto grado de certeza que son las retenciones. Y no es peyorativo, la gente no tiene porque saberlo.
Lo que se vió ayer es mucho mas que eso, veamos. En principio debe comprenderse que los procesos sociales pueden interrumpirse, alterarse, demorarse, pero no se abortan, una vez iniciados, antes o después, terminan. En el año 2001 en Argentina se inició un proceso social muy poderoso que podemos señalar a efectos de identificarlo como el "que se vayan todos".
Por motivos que no vale la pena analizar ahora ese proceso quedo pendiente, y obviamente mutó, pero va a terminar, tarde o temprano. Ese fenómeno explotó en las clases medias urbanas, y se identificó luego con los piqueteros, preexistentes, en la consigna "piquete y cacerola la lucha es una sola". Esto cambio. Piquete fue cooptado por la estrategia oficialista. Cacerola no, porque pareció desaparecer, pero quedo latente.
Justamente, esas clases medias urbanas son las mismas que rechazaron al gobierno en las últimas elecciones. En el distrito porteño, ganaron Mauricio Macri y Elisa Carrió con diferencia de tres meses. En Córdoba, Cristina Fernandez apenas pudo salir tercera, y Santa Fe tiene su primer gobernador socialista de la historia, aliado con una ex radical.
Esas clases medias urbanas del "que se vayan todos" estaban, incluso sin saberlo, a la espera de una excusa. Las movidas de Juan Carlos Blumberg por la seguridad, amenazaron con serlo, pero no alcanzó, solo siguió llenando un vaso casi completo. Extrañamente todo explota por el hueco menos pensado, en apoyo al campo, desde la ciudad, donde no se conoce el fenómeno, ni la problemática, solo se estaba a la espera inconsciente de un motivo y explotó.
Los "estrategas" oficiales fueron directos responsables de esto. No previeron nada. Existen informes de inteligencia en manos del gobierno que dejan claro que los piquetes rurales estaban en su mayor parte, protagonizados por trabajadores del área, mas que por productores. Los estrategas escribieron un discurso de ruptura para una presidenta que aspiraba a conquistar a la clase media, que prometía un gobierno casi de intelectuales. Ese discurso rupturista aceleró las cosas y terminó mostrándola encerrada en Casa de Gobierno con piqueteros e intendentes ex duhaldistas, con la clase media afuera tocando la cacerola, reprimida por fuerzas de choque oficiales pero ilegales al mando de Luis D'Elía. ¿Que futuro tiene eese sistema?. ¿Cuantas veces los caceroleros de ocasión van a correr de los piqueteros?. ¿Que falta para que se encienda una chispa grave e imparable?. Si ayer corrían dos piñas más hoy estaríamos tal vez hablando de muertos.
Algunos voceros oficiales, que seguramente no participaron en la redacción del discurso, criticaron la carencia en él de un llamado al diálogo, en la lógica que enmarcó la impronta cristinista desde la asunción, y alegaron problemas de comunicación. Este gobierno maneja la comunicación a piacere hace cinco años. No puede haber problemas de comunicación. Hay una suma extraordinaria de errores a nivel de estrategia política.
Ojo que la oposición tampoco entiende nada. Son oportunistas sin respaldo, ni social ni intelectual. Hoy sale la oposición toda a pedir una sesión especial del Congreso para tratar el tema de las retenciones, algunos pidiendo un proyecto que las haga inconstitucionales. Pero si las retenciones se aplican desde los años '60. Adalbet Krieguer Vassena les dio brillo durante el gobierno de Juan Carlos Onganía. No creo que PRO hubiese estado entonces en desacuerdo. ¿Resulta que ahora son inconstitucionales?. ¿Se tornan inconstitucionales después de cierto porcentaje?. Ridículo. De un opostunismo evidente y gravísimo, sin visión política.
¿Nunca mas un estadista en la Argentina?.
Oficialismo y oposición deben entender para sobrevivir que lo que la sociedad cuestionó ayer no es un tema puntual. No son las retenciones. Que no se confunda tampoco el campo. Sus dirigentes no mueven el amperímetro social. Sino que hagan un partido a ver como les va en elecciones. Aquí hay un problema mucho mayor y de fondo, y a todos el árbol les tapa el bosque. Y ese problema es la fractura social irresuelta en la Argentina. Profundizada en la dictadura, pero muy previa. Evidente durante el primer peronismo, pero anterior. Explisiva en la época de unitarios y federales, pero con su origen tal vez en las diferencias entre morenistas y saavedristas que terminaron con la vida de uno de ellos.
A solucionar eso deberá abocarse cualquier gobierno. Y cualquier discurso o actitud rupturista es cavar la propia fosa. Sepanlo los estrategas oficialistas, porque esto es grave y esta en juego la supervivencia de la Argentina como cuerpo social.
En lo puntual, el campo debe devolver a la gente algo de lo mucho que la gente perdió para que el campo se beneficie, con la gran devaluación de 2002. Y los impuestos son el único camino, se llamen retenciones o como sea. Pero la presión debe ser moderada e inteligente, sin olvidar el marco general, sin olvidar el bosque detrás del árbol, porque las consecuencias pueden ser graves.

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