martes, 11 de marzo de 2008

ACCIDENTES DE TRANSITO: SOCIALIZAR LA RESPONSABILIDAD


*Por Horacio Minotti

La problemática de los accidentes de tránsito en la Argentina, tiene diversas aristas y no resulta un tema de sencillo análisis, ni las soluciones son lo simples que en muchos casos parecen. Una de estas aristas, son los accidentes ocasionados por micros de larga distancia en las rutas de nuestro país especialmente en la temporada veraniega.
Cuando esto ocurre, la responsabilidad suele achacarse a las empresas de transporte de pasajeros de larga distancia, no sin parte de razón. Los choferes no cumplen en muchos casos los horarios de descanso lógicos, las velocidades máximas suelen no respetarse, y desde el Estado los controles no suelen ser de lo mas eficientes.
Sin embargo, y como en todos los casos, hay que analizar los porques, desde los motivos nacen las soluciones, la crítica se hace indispensable, pero a veces muere en la demagogia de la enunciación liviana, de la queja mediática, y la verdad no aporta mas que a la irritación generalizada.
El descanso de los conductores en el traslado de pasajeros de larga distancia es un elemento indispensable para mejorar la seguridad de los viajes. ¿Las empresas explotan a los choferes haciéndolos trabajar 12 horas de corrido en la temporada estival?. Definitivamente no. Los conductores exigen trabajar de esa forma, y presionan a sus empresas para ello mediante el sindicato, es decir la Unión Tranviarios Automotor (UTA). ¿Por qué? Sencillo. El sueldo bruto básico de un chofer de larga distancia es de $ 2.300 mas antigüedad. Con cinco años de trabajo, estaría redondeando unos $3.000. Esto por ocho horas. Las cuatro horas excendentes hasta las 12 establecidas en el convenio colectivo de trabajo, se cobran doble, como horas extra. A esto también se suman antigüedad y adicionales: en síntesis, un conductor de micros de este tenor, percibe entre $ 7.500 y $ 8.000 por mes, durante la temporada.
¿Esto resulta negocio para las empresas?. Es a todas luces evidente que no. Con trabajadores a seis horas diarias, sin pagar horas extras, ¡¡¡con lo que paga uno bien puede pagar dos!!!. Esto incrementaría la seguridad de los viajes en forma exponencial. Incluso podría cambiarse la costumbre de que cada micro se trasladase con un chofer manejando y otro dormido en el viaje, es decir cumpliendo su descanso obligatorio mientras se traslada, incómodo y maltrecho. Con el mismo dinero podrían llevarse dos choferes despiertos, turnándose en el manejo, con el segundo funcionando como alerta y copiloto del primero.
¿Por qué las empresas proceden de esta forma?, ¿están locos?, ¿son asesinos del palo de Freddy Krueger o el petiso orejudo?. No. Hay un convenio colectivo de trabajo firmado con la UTA en el año 1973, que obliga a las empresas a extender el horario de trabajo a los choferes durante las temporadas a 12 horas, pagándoles como horas extras las cuatro que sobran a las 8 horas fijadas en la ley laboral. Y la UTA se esmera en hacer cumplir este recauda a rajatabla. No solo por lo que salarialmente implica durante esos meses, sino porque luego se ve reflejado en los dos medio aguinaldos anuales. Es mas, es la UTA la que obliga a las empresas a adquirir micros con espacio suficiente para instalar una cama en la cabina y que allí duerma el segundo conductor.
Por otra parte, y de acuerdo a lo que surge del convenio colectivo de trabajo, un viaje de 12 horas, a Córdoba por ejemplo, se contabiliza como una jornada de trabajo para el conductor, tal como lo expresamos anteriormente, y a partir de la cual debe registrarse el obligado descanso de 12 horas. Sin embargo, de acuerdo al mismo convenio un viaje a la costa de 5 horas, también es considerado una jornada, y de esa forma las empresas están obligadas a cambiar los choferes. Pero ¿es lo mismo una jornada de 5 que una de 12 horas ?.
Otro problema que se percibe, es la falta de controles por parte del Estado a la calidad de los conductores de micros de larga distancia. No existe reglamentación que exija a estos trabajadores capacitación alguna, exámenes psicológicos periódicos; un registro de los accidentes que registra cada conductor, lo cual sería fundamental para evitar que las empresas contraten choferes con malos antecedentes. Por otro lado, ¿los responsables de las empresas pueden sancionar a los micros que circulan a alta velocidad, o el gremio esta siempre presto a salvaguardar los intereses de sus afiliados, aún cuando hayan cometidos falta graves que pongan en peligro la vida de los pasajeros?.
No hay que dejar de preguntarse algo mas. Existen cerca de cinco mil unidades de micros de larga distancia circulando hoy por el país. ¿Hay cinco mil conductores capacitados para conducirlos y hacerse responsables de la vida quienes traslada? ¿quién controla que así sea?. En realidad son 10 mil conductores si se tiene en cuenta que deben ir dos en cada viaje, y hasta tres o cuatro mil si se piensa en licencias, enfermedades, vacaciones y otros imponderables.
Por último, tal vez convenga hacernos cargo de la responsabilidad que nos toca. Si para nuestras merecidas vacaciones en Claromecó una empresa nos ofrece llegar en 3 horas y otra en 5 horas, al mismo valor, y deteniéndose en los mismos lugares, no vamos a dudarlo, queremos llegar antes a las paradisíacas playas a disfrutar del anual descanso del guerrero. Pero seguramente, la empresa que llega mas rápido no respeta el límite de velocidad: ¿Qué hace el empresario que si lo respeta?. Tiene dos opciones, o se funde o empieza a llegar en tres horas. No respetamos los límites a bordo de nuestro propio rodado y no exigimos el respeto necesario arriba del micro.
Ojo no somos los culpables de todo. Los empresarios no son santos. Menos aún cuando, imagino, como sucede a diario en nuestra Argentina, eluden algunas cuantas normas, al tiempo que “coordinan” con los inspectores estatales que esos incumplimientos no se noten, a cambio de, tal vez, algún beneficio pecuniario extraordinario o regular. Tampoco los gremios son Lucifer, deben salvaguardar los derechos de los trabajadores en su desigual relación con los empresarios, como en todos los rubros.
Pero ojo, porque el peso del yunque siempre cae sobre la misma cabeza, y aunque sea conveniente a efectos editoriales y a veces políticos, no colabora a salvar vidas, no coadyuva a una solución real, es solo eso, humo mediático que vende diarios y salva pellejos comprometidos, a cambio de un poco de cariño verde y rectangular, con la cara un procer foráneo.

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