domingo, 30 de noviembre de 2008

PELIGRO, BLANQUEO

EDITORIAL DE HORACIO MINOTTI EN "EL MIRADOR", POR RADIO PALERMO FM 94.7, DOMINGOS 12 HS.
El gobierno busca tomar medidas para disminuir el impacto de la crisis finaciera internacional, que va a hacerse sentir justo en un año electoral y teniendo en cuenta que la presidenta arriba a la crisis, con un 28% de imagen positiva y mas de un 40% de negativa.
Dos datos para nada alentadores, los que generan un marco de inestabilidad política complicada para un gobierno que se ha fijado dos objetivos esenciales. Por un lado, que no caiga el trabajo ni el consumo, y por otro, que disminuya lo menos posible la recaudación tributaria, para poder contar con dinero suficiente para la obra pública (campaña encubierta) y para la campaña propiamente dicha.
Ese mismo fin que tuvo la estatización de las AFJP, es el que tiene este último paquete lanzado, que incluye un "blanqueo de capitales". Ahora bien, esto último tiene algunos ribetes bastante mas complicados que lo anterior. Porque en definitiva, que la seguridad previsional debe estar en manos públicas o privadas o mixtas, es una cuestión filosófico doctrinaria, puede discutirse la manera en que se hizo, y las motivaciones, pero mientras no se disponga fraudulentamente de los fondos, no hay delito consumado.
Decía, tiene el "blanqueo" ribetes mas complicados. Como primera medida, puede debatirse la eficacia del proyecto. Por obra del mismo, el Estado dejaría de percibir dos mil millones de pesos en demandas ya iniciadas por la AFIP a grandes empresas, muchas de las cuales tienen relación estrecha con el gobierno. Desde lo económico financiero, surgen severas dudas sobre cuanto se logrará recaudar con una apuesta a lo que el gobierno llama "repatriación de capitales", cuando el único incentivo para esta, es la baja de la presión impositiva. Si uno tiene plata bien habida en el exterior, lógicamente la traería si la presión impositiva es menor o nula, pero también tendría en cuenta la estabilidad político económica del país, la seguridad jurídica para las inversiones, la estabilidad del sistema financiero, es decir, una serie de condiciones que aquí no existen, y que son determinantes para quien quiera repatriar dinero "limpio".
Distinto será para quien quiera traer dinero sucio. Escondido en el exterior o fuera del circuito legal aquí en la Argentina y que necesita justamente, blanquearlo. Quien tenga mucho dinero originado en un ilícito, seguramente no tendrá problemas en pagar un 8% en concepto de impuestos sin que nadie le pregunte de donde sacó la plata y poder así, usarla. Ayer, hubo declaraciones de Fabián Rios, titular de la Comisión de Presupuesto del Senado, integrante del bloque oficialista, diciendo que el Estado si, va a averiguar el origen de los fondos a "blanquear". Pues de ser así, Rios tendra pensado cambiar el proyecto y bienvenido sea ese oficialismo crítico que ayudará a mejorar la norma. Porque si no tienen pensado sugerir cambios, Rios miente, el proyecto como está dice exactamente lo contrario, y lo dice expresamente.
Todo esto nos lleva a ser un paraíso fiscal al estilo Islas Caimán, donde nadie pregunta de donde salió el dinero que entra al circuito legal. Por ende, no solo estamos legitimando la evasión fiscal, sino también el narcotráfico, el tráfico de armas, de personas, es decir, el dinero ilícito del crimen organizado en el mundo entero. A modo de ejemplo ¿que impediría que el Cartel de Juarez (mexicanos, los traficantes mas poderosos del mundo de hoy), pongan buena parte de su dinero ilegal a nombre de un secuaz argentino, lo blanquee aquí pagando un 8% de impuestos, y se lo lleve nuevamente al exterior, digamos, a los 3 meses, totalmente limpio para ser usado?. Pues nada obstaría a ello.
Las mismas potencialidades tienen las bandas de tráfico de armas, órganos o niños. Este es el riesgo cuando hablamos de blanquear capitales sin conocer su origen. La lucha contra el lavado de dinero tiende a hacer inútil el delito. Si no puedo usar su producido, para que cometerlo. Con el proyecto actual, tal y como está, vamos a terminar legitimando la plata del que secuestra personas y las desarma vivas para vender sus órganos, por ejemplo, o la del que demuele el futuro de nuestros pibes vendiéndoles paco o coca.
Perdonar al que simplemente no pagó impuestos, es violatorio de la Constitución, porque genera una flagrante violación del derecho de igualdad ante la ley entre quién pagó sus obligaciones en tiempo y forma, y el que las eludió y ahora se beneficia. Pero al cabo, los K nos tienen acostumbrados a estas desigualdades. Los piquetes de sus aliados son lucha social y no se los puede criminalizar, los piquetes agrupecuarios son reprimidos y apresados sus dirigentes. Los derechos de las víctimas de delitos son menores que los de los delincuentes. Digo, en general, estamos acostumbrados a esto, da bronca, pero ya nos quejamos poco. Pero blanquear dinero ilegal, en la mayoría de los casos originado en delitos aberrantes, es muchísimo mas grave, y sus implicancias enormemente mayores.
Algunos siempre mal pensados dicen que, en realidad los K necesitan blanquear plata de amigos y testaferros, en definitiva la suya propia. Yo no creo eso. Me resisto, quiero pruebas en serio. Aún cuando el juez Faggionato Marquez que investiga el tráfico de efedrina en nuestro país, dice ese delito tiene serias implicancias políticas dentro de nuestro territorio, por ejemplo, y aún cuando todos los diarios cuentan como estos mismos traficantes aportaron unos buenos pesos a la campaña de la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner. La verdad aún así no creo, no quiero creer, prefiero ver, sólo pruebas evidentes mediante, estas cosas merecen ser consideradas.
El proyecto es cierto, impide que se beneficie con el blanqueo, cualquier funcionario, de cualquiera de los tres poderes, del presente o del pasado. ¿Pero quien impide que lo haga cualquiera de ellos mediante un testaferro, si justamente nadie va a investigar de donde sacó la plata?.
La verdad, pensaba dedicarle un párrafo a Macri y a la Ciudad inundada. Pero la impericia, la imprevisión, la incapacidad, la torpeza, del Jefe de Gobierno, queda opacada por lo que parece ya, un culto al delito, desde el Estado, sea por dolo o negligencia.

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