lunes, 26 de mayo de 2008

LA POLICIA PORTEÑA PUEDE SER “LA POLICIA DE LA DEMOCRACIA”

-Por María Fernanda Gonzalez Samudio*

El debate sobre la necesidad de la Ciudad de Buenos Aires de contar con una policía es de larga data, pero se encontraba tabicado de manera absoluta, por la existencia de la llamada Ley Cafiero que le quitaba la posibilidad de tener su propia fuerza de seguridad, un poder coercitivo propio.
La ciudad de Buenos Aires es una ciudad autónoma, y la definición de los alcances de ello, implica una discusión sobre la conformación definitiva del Estado de la Ciudad de Buenos Aires desde el punto de vista institucional.
La palabra ciudad proviene del latín CIVITAS que hace referencia a una COMUNIDAD AUTOGOBERNADA y en cuanto a Autonomía, se trata de un vocablo muy antiguo de origen filosófico, que se ha ido politizando de la mano del surgimiento de los partidos políticos en un sentido moderno del término y que indica una forma de independencia y separación de un ente o de una administración, de la administración del Estado, e implica una fórmula de organización.
La doctrina alemana hace especial hincapié en la facultad de iniciativa y de acción en todo lo relativo a la satisfacción de las necesidades públicas locales. La seguridad es sin dudas una necesidad y requerimiento al que la ciudad debe hacer frente y para ello debe contar con las herramientas que le permitan satisfacerla.
Si bien es cierto que seguridad es un concepto mucho mas amplio, y que la política de seguridad que no se reduce a contar con una policía, no es menos cierto que es una herramienta decisiva para alcanzar una vida en comunidad donde se respeten las garantías individuales, se garantice el uso del espacio público, y se puedan prevenir situaciones delictivas.
La imposibilidad de hecho que enfrentó el gobierno de la ciudad de buenos aires, para obtener el traspaso de la policía federal al ámbito de este distrito genera una oportunidad histórica, dando la posibilidad al Ejecutivo de la Ciudad de convertir esta aparente debilidad, en FORTALEZA.
Esta fortaleza radicaría en la creación de una nueva fuerza de seguridad, inspirada en una filosofía distinta, una fuerza postdictadura, y por ello tal vez la única que puede gozar de crédito previo desde la sociedad. Durante los años de plomo, todas las policías del país fueron penetradas y alteradas en su doctrina y funcionamiento, por los funcionarios de facto, que las pusieron a su servicio, provocando un cambio en la filosofía policial de servicios a la comunidad.
Esto generó el alejamiento de la gente respecto de los uniformados, que en muchos puntos, terminaron siendo sinónimos del dolor de aquellos años y de la corrupción de los años que siguieron. Una organización estatal armada, percibida por la sociedad como un elemento para su control y represión, y no a su servicio.
La necesidad de crear una nueva policía, implica sin duda la posibilidad de reivindicación de la figura policial, de una reconciliación con el uniforme, con la concepción de servicio a la comunidad, con la confianza en las autoridades, con su profesionalismo y capacidad, no sólo operativa, y de compresión de los problemas y necesidades del ciudadano.
Esta es una oportunidad inigualable que brinda esta coyuntura y que habrá que saber capitalizar. La Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires puede, en este contexto, constituir el punto de partida de una nueva concepción policial a nivel nacional que desencadene la satisfacción de una demanda que aunque contenida no se encuentra SATISFECHA.
Desde el Centro de Estudios para la Convergencia Ciudadana que preside la Diputada Spatola, realizamos dos veces por año el INDICE DE TEMOR CIUDADANO (ITC) a fin de poder mensurar como percibe el ciudadano el problema de la inseguridad, y a quienes deben aportar soluciones a este flagelo. Una parte importante de este estudio esta relacionado con la confección de una encuesta en el ámbito del AMBA. Sistemáticamente las encuestas, señalan la necesidad insatisfecha de la ciudadanía en general y porteña en particular, de mayor seguridad, identificada/asimilada con la necesidad de una fuerza policial que cumpla su función, que esté adecuada en número, operatividad, instrucción y educación, que conozca la problemática, y la satisfacción de todo esto esta puesta en cabeza del Estado. Es muy bajo el porcentaje de personas con conciencia de la necesidad de participación social, a diferencia de lo que ocurre en otros países.
Frente a preguntas como las siguientes, obtuvimos las consecuentes respuestas.
1) ¿Ha sido víctima –usted o su familia- de algún hecho delictivo en el último año?
Medición de Diciembre - 2007

Ha sido víctima 88 %
No ha sido víctima 12 %
2) ¿Cuánto riesgo cree que usted y su familia corren en cada una de estas situaciones?
Medición de Diciembre - 2007

Ser víctima de un acto delictivo 77%
Ser víctima de un secuestro 22%
Quedar cesante 49%
No recibir atención sanitaria en una situación de emergencia 66%
Jubilarse con mal ingreso 41%
Que sus hijos no reciban educación 43%
3) Enumere, según su criterio, las tres principales causas que generan violencia
Medición de Diciembre - 2007

Corrupción 54 %
Desocupación 52 %
Droga 73 %

4) Confianza institucional
Poder Ejecutivo 26%
Poder Legislativo 12%
Poder Judicial 11%
Fuerzas Armadas 13%
Policía Federal 11%
Policía Bonaerense 7%
Iglesia 38%
Sindicatos 6%
Partidos Políticos 4%
Medios de comunic. 19%
5) ¿Cree usted que el gobierno puede dar pronta solución al problema de la inseguridad?
Medición de Diciembre - 2007

Puede dar pronta solución 38 %
No puede dar pronta solución 62 %

De los datos compartidos surge claramente cuales son las preocupaciones de los ciudadanos del AMBA referidas a la seguridad, así como también las causas que los ciudadanos ven como generadoras de violencia, entre las cuales figura en segundo lugar la corrupción, que de la mano de los resultados arrojados por la pregunta referida a confianza institucional, y la referida a la capacidad del Gobierno de dar pronta solución al problema de seguridad, nos permiten una pintura de la situación actual. Esto es, surge claramente una urgente necesidad, en este caso en relación a la seguridad, que debe ser canalizada de la mejor manera.
Retomando desde aquí la cuestión de la creación de una Policía de la Ciudad de Buenos Aires o Metropolitana, es evidente la necesidad del Gobierno local de contar con esta herramienta indispensable para garantizar el eficiente manejo de la Seguridad Pública.
Así, y habiendo tomado contacto con los diferentes proyectos que tratan la Creación de esta Policía, encontramos que ellos parecen tener claro cual es la necesidad a satisfacer y con criterio han incorporado la visión de la policías de proximidad del mundo. El modelo francés, el anglosajón, el modelo de policía de alguna de las grandes ciudades de USA.
Es interesante como en dos de los proyectos se trabaja la definición del perfil del integrante de la fuerza recuperando la figura del servidor público cercano y en contacto con las necesidades de los vecinos cumpliendo además con una función orientadora. Otra característica es la profesionalización de la fuerza. Ya desde el diseño de la estructura de personal, en el que se propone un cuadro único de carrera y la exigencia de formación suficiente para detentar determinado grado.
La incorporación en uno de los proyectos del tema de la residencia nos parece fundamental a la hora de lograr esta identificación y comprensión de las reglas e idiosincrasia del lugar, que creemos necesaria a la hora de reconstruir el vínculo. Es interesante que los ciudadanos vean que el policía es su vecino, de uniforme pero compartiendo y consustanciado con los mismos problemas. Ejemplos de la importancia de la integración con el lugar de ejercicio de la función es, en el país, lo ocurrido en la provincia de Santa Fe.
Tenemos ciudades en las que, debido al alto nivel de ingresos de los lugareños y el desprestigio de la función, estas tareas las desarrollan personas que residen en otros lugares y que tienen escasa identificación de los problemas y necesidades locales. Esto llevó en idéntico período a que mientras en ciudades como Rafaela el delito crecía el 200%, en Reconquista, con agentes vecinos del lugar, se reducía al 52%.
Otro concepto interesante, referido a la distribución geográfica de la Nueva Policía es aquel que la efectúa sobre la base del equilibrio entre la densidad demográfica y del mapa del delito.
En una Buenos Aires que crece, con barrios que han tenido mayor explosión que otros, es habitual que frente al requerimiento de personal, las comisarías respondan que no dan abasto para cubrir las situaciones que se van planteando y esto lo adjudican al mayor número de habitantes que tienen hoy en relación al personal y los móviles con que cuentan, cuya optima utilización les permitía cubrir las anteriores necesidades pero de ningún modo las actuales.
Es indudable que una fuerza de estas características no se forma de un día para el otro, razón por la cual será fundamental la planificación de un período de transición, así como la posibilidad de contar con la incorporación de personal de las Fuerzas con capacitación y experiencia que permitan sobrellevar el tiempo que requerirá la formación de los nuevos integrantes de la policía de la Ciudad o Metropolitana. Esta es una situación que con criterio han previsto los proyectos y que en algún caso hasta se trató de incentivar con mejoras concretas.
El personal que revista en las filas de la Policía Federal solía esgrimir como inconveniente entre otros, la pérdida de su régimen jubilatorio. Esta situación ha sido contemplada por los proyectos en discusión y promete de esta forma no ser un obstáculo.
Alguna vez se sugirió la creación de un registro voluntario para facilitar el traspaso de personal de la PF. Esta situación se inspiró en un registro que en su momento creó la Fuerza Aérea a la hora de incorporar miembros de otras fuerzas a sus filas y podría constituir una opción a la hora de integrar esta nueva policía que se pretende crear. El traspaso deberá ser cuidadoso y restrictivo hasta la obsesión, si se pretende mantener el espíritu de nueva policía que mencionamos, una policía para el ciudadano y para la democracia. Esto así, dado que, si bien, como también mencionamos, el hecho de ser una nueva fuerza de seguridad aumenta el crédito de origen, también esta sometida a la más detallista lupa social, y cualquier atisbo de pequeña corruptela, ensombrecerá por siempre la relación con los ciudadanos.
Por último y para concluir, no quedan dudas que la formación de la Policía que hoy estamos analizando está orientada a alcanzar objetivos que permitan modificar los paradigmas conocidos de las policías actuales a nivel local.
Lo que hemos recibido del análisis de los Proyectos presentados es la intención de satisfacer esa necesidad de recuperación de la imagen del servidor público.
No estamos aquí para hacer un análisis pormenorizado de los proyectos, en lo atinente a sus detalles y diferencias menores. Creemos mucho más productivo señalar especialmente la idea básica, apoyarnos en la intención del legislador, en la filosofía y objetivos de la nueva policía, y en este fin último que fue el centro de toda la exposición, la primera policía de la democracia, para recuperar la relación con el ciudadano.
* La Exposición se realizó en representación del Centro de Estudios para la Convergencia Ciudadana, que preside la diputada nacional Paola Spatola, y en el marco de las “Jornada de trabajo sobre los proyectos presentados para promover la creación de la Policía Local”, que organiza la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

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