jueves, 7 de febrero de 2008

MORALES: SOLO, COMO LOCO MALO

* Por Horacio Minotti

El presiente de la UCR Gerardo Morales prepara una ofensiva de ficción, para quedarse con un radicalismo a su manera, opositor a la fuerza. La forma que le dará a esta iniciativa casi nazi, es mandar fichas de reafiliación a los partidarios, donde se incluya una declaración jurada del firmante que se declare opositor de por vida al kirchnerismo. ¿Habrá pensado Morales en visitar a un psiquiatra?.
Los delirios del jujeño ya no son acompañados por casi nadie. Ayer salió retratado en los principales diarios junto a Oscar Aguad, el titular del bloque de diputados radicales y Ernesto Sanz, el presidente de los senadores del mismo partido. Sin embargo dentro de la nota, ambos legisladores reconocen la necesidad de invitar a reintegrarse al partido a todos los que se fueron y a aquellos que Morales expulsó por K.
Algunos suponen que el presidente del centenario partido habría evaluado echarlos a todos para quedar en la historia como el último radical, y otros especulan con que estaría planeando echarse a si mismo. Tiene sentido, el fue candidato a vice de un candidato a presidente kirchnerista, como Roberto Lavagna.
El "loco" Morales como gustan llamarlo por estos días, no ha comprendido lo que ya saben incluso sus correligionarios mas reticentes: la actual conducción partidaria es insostenible, el sistema de expulsiones va camino a vaciar el partido y la realidad argentina no da para mas sectarismos. Lo entendió el alfonsinismo, que negocia con los radicales K de Julio Cobos, lo entendió incluso el grupo de diputados cordobeses que se anotó el poroto de haber obtenido una victoria en las presidenciales sobre el oficialismo y sobre Carrió, lo entendió Sanz, el lugarteniente de Morales hasta hace días. El ex candidato a vice no lo entendió y se encamina a terminar sus días en la cima de una montaña jujeña, con la barba blanca crecida y gritando improperios a los forasteros que distraídos, pasen cerca de su cueva.
Lo cierto es que el radicalismo tiende a recomponerse, con la fuerza de los K del lado de adentro, impulsados por cuatro gobernadores y mas de doscientos intendentes de todo el país, además de funcionarios nacionales de alto nivel como Héctor "Pechi" Quiroga, Alejandro Tullio y Gustavo Lopez. Lo radicales vuelven a tener una opción, la que habían perdido hace ya muchos años, desde aquel Alfonsín de 1983, que dibujo una esperanza. Y con una premisa clara: "como partido tenemos postulados escenciales, si podemos llevarlos adelante nosotros lo heremos, si lo lleva adelante otro, apoyaremos, no vamos a hacer oposición porque si, desde el resentimiento, trabajamos para la gente, si creemos que un programa de gobierno beneficia a la gente, es un disparate oponernos, y todo ello no nos hace mas o menos radicales", explica una calificada fuente del radicalismo K. Es un buen concepto de cara a la sociedad.

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