viernes, 30 de noviembre de 2007

PONIENDO ESTABA LA GANSA

* Por Horacio Minotti

La iniciativa oficial para que los magistrados solventen el pago del impuesto a las ganancias, como cualquier ciudadano de a pie, encuentra severas resistencias entre los integrantes del Poder Judicial, que como es lógico a cualquier corporación, se resiste a sacrificar sus privilegios.
Como era de esperarse, el argumento utilizado para no modificar su situación es el de la “intangibilidad” del sueldo de los magistrados por parte de cualquiera de los otros dos poderes, con la idea de evitar que se los pueda condicionar manipulando su salario. Dado que la Justicia maneja su propio presupuesto, pero este es enviado por el Ejecutivo en atención a que administra las arcas estatales, se intenta evitar que los magistrados sean objeto de manipulación reduciendo sus salarios.
Sin embargo, esto no implica que no deban pagar impuestos. La intangibilidad de sus salarios no los convierte en una casta superior al resto de los mortales, que pagamos y como, cada uno de nuestros impuestos. Sufragar una carga impositiva equitativa es primordial en una sociedad justa y equilibrada, así como en un Estado de Derecho, que los jueces deberían custodiar mas que nadie.
Sin no reconocemos la equidad y la constante mejora en la distribución de la riqueza, como bases del sistema, entonces el sistema esta en riesgo. Si el kiosquero que le vende los cigarrillos a los jueces, o el señor que les lava el automóvil, o el gasista que les arregla una pérdida, pagan impuesto a las ganancias, pues los jueces deben pagar impuesto a las ganancias, porque forman parte de un sistema que incluye la recaudación tributaria estatal. Los diputados nacionales pagan impuesto a las ganancias, y los secretarios de Estado también, ¿Por qué no los señores jueces?.
Si esto fuese así también los salarios judiciales serían intangibles respecto de otros impuestos, como el impuesto al cheque o el IVA. La verdad no he encontrado a ningún magistrado en la cola del banco negándose a que le descuenten el impuesto al cheque, ni tampoco en la caja del supermercado he visto jueces pretendiendo que se les descuente el IVA por los productos que adquirieron. En su momento el Impuesto al Valor Agregado incrementó su alícuota del 18% al 21%. Eso afectó, como a la generalidad de los argentinos el poder adquisitivo de los miembros del poder judicial, y claro, la intangibilidad de sus salarios. Pero siguieron comprando productos sin reclamos ridículos.
Se ha repetido en estas páginas casi hasta el cansancio: no hay derechos absolutos, ni inmunidades absolutas, ni intangibilidades absolutas. Esta claro que los salarios de los jueces no pueden ser reducidos arbitrariamente como forma de manipulación por parte de otros poderes. Ahora, eso no implica no pagar los impuestos que pagamos el resto de los mortales, se llama equidad, es parte de la justicia, y los magistrados debiesen ser los primeros en respetarla si queremos un país.

viernes, 23 de noviembre de 2007

LA INMUNIDAD DE ABELARDO

* Por Horacio Minotti

La prisión de Luis Abelardo Patti por delitos de lesa humanidad, aunque todavía absolutamente provisoria, ya provoca algunas discusiones y podría sentar jurisprudencia sobre puntos obscuros de la ley que establece la inmunidad de los diputados nacionales, y el alcance dicho privilegio.
Si eventualmente el juez de la causa determinase el procesamiento de Patti por estos hechos, la defensa del ex comisario va a intentar hacer valer la inmunidad que le correspondería por haber sido electo diputado nacional, mandato que debería estar ejerciendo de no ser porque la Cámara rechazó su asunción.
Como primera medida, el repudio de la Cámara de Diputados de uno de sus miembros no parece invalidar el privilegio si nos atenemos a la letra estricta de la norma, que determina que la inmunidad rige desde la elección hasta la finalización de su mandato, no previendo la posibilidad de que la Cámara, soberana, rechace la asunción. La realidad es que Patti fue electo diputado como requiere la norma, pero no asumió su cargo, sin embargo la asunción no es requerida en el texto para gozar del privilegio. A la vez la ley establece que el privilegio termina con el cumplimiento del mandato, que el policía de la dictadura nunca inició.
De todas maneras, y aún cuando la inmunidad le correspodiere desde la interpretación de la letra fría de la norma, corresponde hacer un análisis del espíritu de la ley, nacida de la intención del legislador. La inmunidad esta basada en la necesidad de preservar el trabajo legislativo, específicamente en lo que hace a la función de contralor que tienen los legisladores, en el permanente juego de pesos y contrapesos entre poderes que a decir de Carlos Sánchez Viamonte, establece la Constitución Nacional. Así, los diputados en ejercicio de sus funciones deben poder verter sus opiniones sin temor a represalias judiciales y realizar una serie de actividades, a veces al filo de la ley, con la libertad de no ser objeto de reproche judicial.
Sin embargo, difícil es interpretar como intención del legislador que la inmunidad obtenida mediante la elección sirva como cobertura para delitos cometidos antes de dicha elección. Ser electo diputado nacional no implica una amnistía personal, no solamente porque las amnistías solo pueden ser generales no particulares (propiedad solo reservada al indulto presidencial), sino además porque no puede entenderse bajo concepto alguno, que el voto popular constituya el “blanqueo” de toda la actividad delictiva previa, de otra forma, el accionar jurisdiccional quería sometido al sufragio, cosa inequívocamente negada por la Constitución a los electores, cuando determina la forma de selección de los magistrados, los mecanismos para su remoción, y la estabilidad de por vida en el cargo mientras dure su buena conducta. No podría por el voto popular, perdonarse a alguien sometido por sus actos a la actividad judicial.
Por fin, y aún cuando se aceptase la disparatada posibilidad de la “amnistía” post elección, los tribunales argentinos han sentado clara jurisprudencia sobre la inconstitucionalidad tanto de los indultos como de las amnistías sobre delitos de lesa humanidad. Por lo tanto si lo que se imputa a Patti son delitos tales como torturas, desapariciones y participación de un plan sistemático genocida, resulta inaceptable la posibilidad de acogerse al beneficio de la inmunidad. El tipo, la calidad del delito, la impediría al ex comisario represor acogerse a beneficio alguno. Todos los derechos y privilegios establecidos en la Constitución y las leyes tienen sus límites. Los delitos de lesa humanidad, se ha determinado, no son susceptibles de prescripción, porque la inmensidad de su magnitud, lo impide. De la misma forma la inmunidad de los legisladores tiene límites. Así como, si se los atrapa in fraganti delito pueden ser detenidos según reza explícitamente la norma, la inmunidad no puede alcanzar a aquellos que hayan cometido delitos de lesa humanidad. Si Patti es procesado con prisión preventiva, no debiera haber inmunidad que lo salve.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

A LLORAR A LA GRUTA

* Por Horacio Minotti

Es una grosería estoy de acuerdo. No es titulo para una nota. Me dicen algunos amigos que me quieren bien: “cada vez estas mas grosero”, y es cierto lo reconozco, voy perdiendo la paciencia hasta en los títulos. No es propio encabezar una nota de esta forma, pero hay gente que en realidad saca a cualquiera de sus casillas.
“El campo esta molesto con el aumento de las retenciones a las exportaciones”. “Los productores rurales enfrentan al gobierno”. Primeras planas periodísticas. Pero, ¿fue este aumento algo oculto, tras bambalinas, entre gallos y medias noches, se disfrazo, se mintió, se obvio?. NO.
El aumento de las retenciones a las exportaciones se anuncio durante la campaña electoral. Todos los voceros del gobierno lo enfatizaron, casi fue una promesa de campaña, era claro y evidente. Y Cristina Fernández saco 45% de los votos en todo el país. Entonces, ¿de que nos quejamos?. Más que eso. Los resultados electorales muestran que los productores rurales votaron a esta Cristina que prometía aumentar dicha carga impositiva.
Seamos claros: 1)Ayacucho: Cristina 43%; 2)Balcarce: 40%; 3)Chivilcoy: 55%; 4)Junín: 45%; 5)Olavaria 46%; 6)Rauch: 47%; 7)Rojas: 40%; 8) Castelli: 47%. Es ocioso seguir enumerando, y aburrido. Pero evidencia la realidad. Cristina gano por una diferencia abrumadora en todos los distritos dominados por productores agropecuarios de la Provincia de Buenos Aires. Donde estaban los “perjudicados” por el anunciadísimo incremento.
¿Qué estará pasando?. ¿La gente disocia su realidad de su voto al momento de sufragar?. Esta claro que no. El corte de boleta pronunciado que se produjo en estas elecciones, mostró un claro voto localista donde se diferencio notoriamente como la gente privilegiaba sus intereses particulares de su lugar de residencia, y en segundo plano votaba para los cargos nacionales. ¿Entonces?.
Esta claro que a Cristina no la votaron ni Luciano Miguens ni los 20 dirigentes de la Sociedad Rural Argentina, que por caudal de votos y gracias a que no existe el voto calificado en la Argentina, muy a pesar de Elisa Carrio y Mauricio Macri, nunca definieron ni van a definir una elección en la Argentina. Como mucho habrán colocado algún gobierno con el uso de la fuerza ilegitima, mediante golpes de Estado. Pero me refiero a los productores, a los que laburan, a los que hacen el país. ¿Qué hicieron?.
Hay algo que es evidente. Las retenciones a las exportaciones afectan su negocio, y son injustas porque implican una doble imputación, porque estos productores pagan también impuesto a las ganancias, y hasta una triple imputación si se quiere, porque además pagan bienes personales con el producido de esas ganancias. Pero esa discusión es otra y dejémosla en manos de los tributaristas. Lo cierto es que aun así, a los productores les va muchísimo mejor que en los últimos veinte años. Aun pagando retenciones, sus ganancias son incomparables. Y lo demostraron con su voto.
Entonces, basta viejo, no hay margen para el pataleo, les avisaron y la votaron, ahora a llorar a la gruta.

martes, 6 de noviembre de 2007

DIGAME LICENCIADO!!!

*Por Horacio Minotti

Uno de los personajes del mítico humorista mexicano Chespirito le decía a su compañero de sketch "Digame Licenciado", a lo que este respondía: "¡¡Licenciado!!", y Chespirito continuaba: "Gracias, Muchas Gracias". La verdad es que siempre me hicieron poca gracia todos estos personajes, pero me vino la imagen a la cabeza hace unos minutos, cuando supe que el fiscal Carlos Stornelli recibió licencia del Ministerio Público Fiscal para hacerse cargo de su nuevo puesto como Ministro de Seguridad Bonaerense, sumándose a la troupe convocada por el gobernador electo Daniel Scioli, que se completa con personajes tales, como Carlos Bilardo, Lucía "Pimpinela" Galán, o el Dr. Claudio Zin.
Me imaginé a Stornelli como Chespirito por la licencia que su compañero de sketch Esteban Righi, le acaba de otorgar, ¡¡¡licenciado!!!, le dijo y ahora sí, a desempeñar cargos públicos con total impunidad.
La verdad que estas experiencias en Argentina son nefastas, y en el resto del mundo, impensables. Que un tipo no renuncie a su cargo para ocupar otro, ya de por si es inmoral, y si además el cargo que mantiene le brinda impunidad para no responder ante la justicia por lo hecho en el cargo nuevo, es infinitamente inmoral.
Dejemos de lado la idea del juicio de residencia, con el que aclaro, comulgo, todos los funcionarios debiesen, terminado su mandato rendir cuentas por lo hecho ante el poder judicial. La realidad es que en la función pública se pueden cometer unos cuantos delitos específicos, por acción u omisión, por negligencia o por simple voluntad de enriquecerse o lo que fuese, y nadie que ejerza un cargo ejecutivo puede o debe estar exento de juzgamiento para esos casos.
Los fiscales Norberto Quantín, Horacio Campagnoli y Pablo Lanusse, cumplieron funciones ejecutivas de distinta responsabilidad en el Ministerio de Justicia, durante la gestión de Gustavo Béliz. Todos eran fiscales en uso de licencia. Quantín y especialmente Campagnoli, estuvieron involucrados en la toma de la Comisaría 24ª de La Boca, por parte de los piqueteros que comandaba Luis D'Elía. No pudieron ser enjuiciados en la causa que llevaba adelante Jorge Urso, por su calidad de fiscales, no perdida por el uso de licencia, según fallo la Cámara del fuero.
Por tanto el uso de licencia no levanta las inmunidades,aún cuando se este ejerciendo otro cargo público, que si es susceptible de consideración judicial sin desafuero previo. Es una burla a la ciudadanía, una mas. Ahora, es un poco complicado empezar así. Dejemos de lado lo que puede saber sobre el combate al delito un tipo que se dedicó a investigar los delitos consumados, teniendo en cuenta que el 80% de la lucha contra la delincuencia es la prevención, porque en ese estadío todavía no hay víctimas, que es lo que la sociedad necesita. Stornelli es fiscal, así que jamás trabajó en prevención y poco puede saber de ello. Hará lo que pueda, pero que se haga cargo y este dispuesto a enfrentar eventualmente a la Justicia. Es inmoral y no equitativo. Empezar un gobierno riéndose así de la gente augura un mal futuro.

jueves, 1 de noviembre de 2007

"YO NO FUI, NADIE ME VIO, NO PUEDEN PROBARLO..."

*Por Horacio Minotti

La frase se la adjudican a Bart Simpson, pero bien puede haber salido de la boca de Mauricio Macri, nuestro Bart local. El mayor de los hijos de Homero en la prolongadísima serie de dibujos norteamericana, suele llevar a cabo travesuras de las complicadas y desentenderse de las mismas. El Jefe de Gobierno porteño electo manda a su partido a participar de elecciones, pero cuando pierden dice que el no tuvo nada que ver. ¿Si hubiesen ganado tampoco habría tenido nada que ver?

Macri declaró en el día de ayer que el no participó en la contienda electoral, que no tiene responsabilidad ni participación alguna en la contundente derrota sufrida por PRO el domingo pasado, y que, los que perdieron fueron los demás.

Notorio esto. No sólo porque la estrategia de no presentar un candidato presidencial competitivo le pertenece en exclusiva, sino además porque acompañó la decisión de no llevar ningún candidato en la Provincia de Buenos Aires. Pero no solo eso. Además participó como protagonista exclusivo de los spots publicitarios en los que se llamaba a votar tanto por Francisco De Narváez, como por Carlos Melconian y Federico Pinedo. Además dirigió una carta a los argentinos invitando a votar PRO, que fue publicada en todos los diarios y firmada por el mismísimo Mauricio.

Serias dificultades todas estas para desentenderse de la derrota de ese modo. De todas formas, parece ser una línea de conducta. Cuando la policía neuquina asesinó al maestro Carlos Fuentealba y Jorge Sobisch quedó mal parado frente a la ciudadanía, Macri lo mando al muere pese a que era, hasta ese momento su mas cercano aliado, incluso se hablaba de una interna abierta entre ellos para definir el candidato presidencial, lo cual le trajo varios enfrentamientos con Ricardo Lopez Murphy, su socio en PRO; que detesta a Sobisch.

Pero Macri le soltó la mano abiertamente y sin tapujos. Es un estilo, como el de dejar fuera de la posibilidad de ser funcionario porteño a Eugenio Burzaco, mas allá que hace años que lo acompaña y diseña las políticas de seguridad que Mauricio exhibe en las campañas.

Parece que el que sonríe y baila sobre el escenario es Mauricio, ese simpático émulo de Isidoro Cañones, tan votado hace un par de meses, y tan poco votado este último domingo, por el mas que volátil electorado porteño.
Pero el que aumenta los impuestos como el ABL, el que se desentiende de las derrotas, el que deja de lado a los amigos y aliados, el que no va a los bunkers el domingo de elecciones después de la derrota, cuando si hubiese habido victoria la hubiese asumido como propia, ese es Macri.

Lo que pasa es que lo cierto, es que Mauricio es Macri