sábado, 30 de agosto de 2008

NUEVOS VIENTOS


* Por Horacio Minotti
Creo que todos a esta altura, de alguna forma, sospechamos que estamos en las puertas de otro país. De algo distinto que esta comenzando. Hay algunas señales interesantes, desde la gente, sus reclamos y sus predilecciones, desde la sociedad política, desde ámbitos empresarios y productivos. Viene otra cosa.
Por favor, no se entienda aquí un delirio místico al estilo Lilita, lamentablemente no fui objeto de revelación alguna, no he podido ver a la Virgen ni a ninguno de los santos, no he oído voces misteriosas durante mis pocas horas de sueño, y ni el Gauchito Gil responde a mis plegarias. Simplemente, la observación de ciertas conductas sociopolíticas generan la conclusión.
También se observan coletazos y resistencias del pasado que bien podría sobrevivir, desinflarse la efervesencia social procambio, y aplacarse el sector de la sociedad política que ve las cosas de otra forma, pero hay un comienzo.
De movida tenemos que entender que estamos en el inicio del poskirchnerismo, es decir, asistimos al fin de un proceso político, que amenazó con ser transformador y se quedo en la puerta, sumido en la corrupción y la política tradicional. Kirchner fue un amague y Cristina otro, ya pasó, ya generó decepción y trasncurrirán los próximos tres años, mejor o peor, pero sin futuro. Ya hay que pensar en lo que viene, porque es otra cosa, por lo tanto habrá que empezar a revisar en lo demás disponible, y las transformaciones a las que podemos asistir.
Como estructura de poder político social, debe decirse que el PJ esta en problemas. Si quienes elaboran la opción a los K, son Duhalde, De la Sota, Puerta y Miguel Toma, el peronismo no es hoy opción de cambio, mucho menos, de cambio con evolución hacia una sociedad distinta y una política mejor. Incluso, si buscamos jóvenes peronistas, digamos entre cuarentones y cincuentones, sin prontuario y con respaldo intelectual, no solo vamos a encontrar pocos, sino que además han sido kirchneristas y necesitarán un tiempo para reciclarse.
Desde el radicalismo tampoco es tán fácil. Hoy los radicales cuentan con una ventaja. La sociedad argentina es cícilica y pendular. Durante algunos períodos de desgobierno, siente la ausencia de paters, del hombre fuerte que guíe su destino, y se inclina por la opción autoritaria. En alguna época, cuando el gobierno de Isabel Perón era un desmadre, buena parte de la sociedad reclamó militares. Luego, con ocho años de autoritarismo y violencia sobre sus espaldas, eligió a Alfonsín, porque la opción peronista de entonces era mas de lo mismo, violenta y autoritaria. Alfonsín fue un gran dirigente, pero cualquier radical mas o menos carismático hubiese ganado, porque se necesitaba una opción mas republicana.
Termino mal la gestión del veterano líder y se busco un orden, una estabilidad, una guía, y vino Menem, el peronismo. Al cabo de diez años de gobernar por decreto, de ningunear a la oposición y a la sociedad, el peronismo volvió a cansar y llego De la Rúa, otra vez la opción conciliadora, dialoguista. Pero el radical fue como Isabel Perón, su ausencia de hecho generó desgobierno y por ende desprotección en la gente, y rápidamente volvió el peronismo, como la opción del orden, con un breve lapso de Duhalde y luego Kirchner.
Ya a esta altura, el autoritarismo kirchnerista, la soberbia, generó saturación total, no hay regreso y vuelven tiempo mas republicanos. Esa es la ventaja de los radicales. ¿La podrán aprovechar?. No es fácil. Otra cosa que la gente no tolera es la mezquindad y el regreso del pasado. Vale tanto para el duhaldismo como para los Storani, los Moreau, los Jesús Rodriguez y los Ricardito Alfonsín. Y entendamos que eso es hoy la plana mayor del radicalismo. Eso mas Gerardo Morales que tiene en su haber la mezquindad mencionada y otra cosa que la gente no quiere ver: sociedades secretas poco claras. El jujeño es socio político (¿sólo eso?) de Eduardo Fellner, el ex gobernador justicialista de Jujuy. En aquellos pagos todos lo saben, y esto no es bueno. No es que la gente quiera que los políticos sean enemigos, pero si que el equilibrio de oficialismo y oposición genere mecanismos de autocontrol de la sociedad política. Si son todos lo mismo esto no ocurre. A nivel nacional nadie es mas anti K que Morales, pero en su provincia mantiene un acuerdo con el caudillo justicialista que casualmente es ultra K. La gente ya no quiere cosas raras.
Si embargo los radicales parecen tener una oportunidad de renovarse. Básicamente con el Vicepresidente Julio Cobos, pero también, con otros muchos dirigentes de una generación intermedia, como intendentes o ex intendentes jóvenes con capacidad y experiencia de gestión y sin un prontuario complicado. Daniel Katz, Mario Meoni, «Cachi» Gutierrez. También hay jóvenes interesantes en La Plata que han podido vencer al storanismo en las internas como Sergio Panella y Fabricio Moschettoni, en Rio Cuarto, Córdoba, Juan Jure, y varios etcéteras. Surge una nueva generación, que todavía debe encontrar la forma de desplazar a la vieja, y he ahí la dificultad. Porque entiendase lo siguiente: el prestigio de esta generación todavía es potencial, esta a prueba, y si un solo impresentable ocupa un lugar en una lista, todo se derrumba, esto es evidente y claro.
No puede descartarse en esta fotografía, ni a la Coalición Cívica ni al PRO. En ambos casos, aparece muy en duda su proyección nacional. La gente de Mauricio Macri, poco ha hecho hasta ahora para superar su carácter vecinalista por un lado, y su tiente de política paqueta, por otro. Parmítaseme dudar de su posibilidad de obtener votos en el conurbano bonaerense o en el interior de las provincias. Uno los ve condcirse, los escucha hablar, y si bien no puede dudar de su simpatía y buena intención, en muchos casos, no parecen muy preparados para entender los problemas reales de la gente fuera de Buenos Aires. Y eso es un problema, porque otra cosa que esta buscando la sociedad es que la entiendian, que los políticos sepan leer sus necesidades sin tanto estudio previo, que se gobierne con menos marketing.
Respecto a la CC, el problema principal parece ser Carrió. La ex radical resulta mezquina, mesiánica, espeta frases místicas que la gente no entiende y no le importan, conduce su partido con un personalismo y una arbitrariedad propia de quien se cree un elegido y muchas veces parece fuera de sí. Tampoco me parece que la sociedad este buscando un parapsicólogo incoherente, porque para eso vota a Ludovica Squirru, al hijo de Tu Sam o a Toni Camo, que por lo menos son mas genuinos y mas graciosos.
El otro problema de la Coalición Cívica es su heterogeneidad. No esta mal que gente con distintos orígenes partidarios se junten para armar un proyecto común si sus ideas son similares, pero me ofrece ciertas dudas que se pueda compatibilizar la mecánica política de Patricia Bullrich, con la de Adrían Perez.
Pero debajo de todos esos obstáculos subyace el cambio, una generación nueva que puede emerger si y solo si, es tironeada por el reclamo social. Rídiculo es esperar un gesto de generosidad de los viejos dirigentes y reclamarles un paso al costado. Nada de eso hay en ellos. Pero la gente busca el cambio, cada vez con mas desesperación y empiezan a surgir tiempos históricos, porque a la larga, la gente siempre gana.

No hay comentarios: